Segundo Cernadas: "Creí que no iba a tolerar tener a mi hijo viviendo en otro país, me desesperé"

El actor habló sobre su separación de Gianella Neyra, su pequeño y los rumores de romance con algunas famosas en la revista Luz.

"Vengo de un 2011 muy complicado, de los peores años que he vivio, y este 2012 es muchísimo mejor", confiesa Segundo Cernadas en la revista Luz. El galán de Dulce Amor se separó el año pasado de la actriz peruana Gianella Neyra, con quien tiene un hijo, Salvador, de 4 años y ahora ambos viven en Perú.

Cernadas cuenta cómo lo transita: "Cuando caí en la cuenta de que iba a tener a mi hijo viviendo en otro país me desesperé, creía que no lo iba a tolerar. Sin embargo, aprendí a manejarlo y hoy aprovecho cada instante que estoy con Salvador (viajo yo o viene el cada 20 ó 30 días) como si fuera el último".

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Además, el actor que ahora prefiere que lo llamen Pedro, su verdadero nombre, valoriza: "Empecé a verle el lado positivo a muchas cosas que me pasaron y que en principio sólo podía ver como un fracaso, como mi separación. Al principio no me despegaba de esa idea de derrota por separarme. Después, con el tiempo, y un poco de terapia, fui entendiendo que no es tan así, que un divorcio incluso puede ser un 'éxito' de aprendizaje y crecimiento". Cernadas hace hincapié en su relación con el pequeño Salvador: "Yo siempre estoy de vacaciones con él, lo cual es un poco injusto para Gianella, que es una gran madre, se lleva la parte más dura, el trajín diario y los problemas. Él está en la edad ideal para pasear, así que lo llevo al zoológico y se siente en Disney".

El galán, a quien se lo ha relacionado con su compañera de novela Sol Estevanez y también con Luz Cipriota, aclara: "Me río de todas esas versiones. A partir de esta separación cambié mucho y hoy creo que lo realmente complicado es aprender a estar solo".

Y se anima a hablar del futuro: "Voy a ser papá nuevamente, no tengo dudas de eso. Primero tendré que encontrar a la madre. En principio preferiría que no sea del medio y lo que voy a evitar seguro es enamorarme de una extranjera. Si me encuentro de nuevo en la situación de tener otro hijo viviendo en el exterior, combinando vuelos, millas y aeropuestos, ¡me muero!".

Fuente: Ciudad.com.ar // Revista Luz

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