La combi aguarda en una esquina de Palermo, poco después del mediodía. La primera en llegar es Lali Espósito (20), de cara limpia y relajada como si hubiese dormido profundamente durante muchas horas. No luce ningún detalle descuidado: está impecable de pies a cabeza y así será todo el día, tanto adentro como afuera de los camarines. Después aparecen los chicos: Gastón Dalmau (27), Peter Lanzani (21) y Nico Riera (26), más informales y con el estilo propio de la banda de pop adolescente que representan.
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Peter luce un gorro, Nico, una musculosa salmón y Gastón, anteojos que permanecerán allí puestos durante algunas horas. La última en dar el “presente” es Rocío Igarzábal (22), que baja de la camioneta de su papá y pronto saluda al grupo con la parsimoniosa candidez que la caracteriza. A ella también se la ve prolija, en su look de colores y ropa ancha, que hace que sus curvas se luzcan menos de lo que uno desearía.
A las 13, la combi pone rumbo a La Plata. El viaje será corto e incluirá algunas vivencias internas: a Lali mostrando fotos de su programa (Cuando me sonreís) desde una tablet; a Peter organizando una salida al teatro para ver a Darío Barassi, el panelista de AM; a Nico sumándose al último plan, agregando “¡qué gracioso ese gordo!” y sugiriendo a sus compañeros ver en Youtube un videíto subido de tono. Y poco más quedó para el breve viaje, ya que de pronto, en el horizonte, surge el Estadio Unico, donde cinco minutos después bajarían su equipaje, para penetrar al bunker que los alojará hasta la hora del recital: un camarín bien equipado con Nugaton, Rumba, Habanitos, Club Social, Don Satur, Rhodesia, galletitas Tortita de Arcor, Cerealitas, manzanas, kiwis, bananas, duraznos, Zucaritas, yogur, Actimel, alfajores Jorgito, café, sándwiches de miga, empanadas, pizzetas y gaseosas. Hora de desayunar, entonces, mientras del otro lado del pasillo la seguridad contratada por Britney Spears se obsesiona con las cámaras. “No queremos ver ningún flash”, amenazan al principio. Luego todo se tranquiliza.
A SOLAS CON LAS CHICAS. Al tiempo que Lali se peina y Rocío se maquilla, les pedimos que describan lo que trasladaron desde sus casas para el show. Lali muestra que en su valija rosa decorada con globitos blancos y ruedas hay una campera, una cámara de fotos, un par de zapatos y muchas cremas. Rochi, que dentro de su cartera guarda más cremas, un termo con forma de lente de cámara de fotos –se lo regalaron en Israel–, maquillaje y un cepillo de dientes. La rubia revela que su crema preferida es una de almendras, marca The Body Shop. La morocha se inclina claramente por las fragancias. “En el canal me cargan porque uso todas a la vez. Como soy fanática de Victoria’s Secret, me pongo tres al mismo tiempo. Crema con olor, arriba un splash y arriba el perfume que hace seis años no puedo dejar de usar, Tommy Girl”, explica con un rulero en la cabeza. Rochi huele a Apple, de Donna Karan.
¿Qué vestido llevarán a la Fiesta de los Personajes del Año de GENTE? “Yo encargué algo arreglado, fresco y con mi onda hippona: de colores o, capaz, con algún brillo”, anticipa Rocío. Lali tampoco lo tiene resuelto: “Le pedí algo juvenil a mi amiga Romina Girán Greco. Ya voy a tener tiempo de vestirme de vieja”. Después habrá que dejarlas solas. “Nos tenemos que cambiar”.
EN EL LIVING DE SU CASA. Nico camina de un lado al otro del camarín vestido con una musculosa, un pantalón blanco para hacer capoeira y un par de ojotas. Eso lo describe. Peter es más hosco, o al menos lo finge. Aunque se refugia en su celular, no le gusta que se lo echen en cara. “Andá a sacarle fotos a Nico”, dice, mitad en serio, mitad en chiste. Gastón charla un poco con los músicos, un poco con sus compañeros y otro poco con las chicas. Es el más atento y protocolar de los tres. No deja de responder ningún saludo de sus fans y les habla con gratitud y afecto cada vez que debe hacerlo.
La prueba de sonido empieza a las 15.50, pero recién a las 18 se visten para el show. En ese intervalo Peter cuenta la experiencia de trabajar en Cuando me sonreís, junto a Julieta Díaz y Lali. “Al principio me dio la impresión de que a Julieta le molestaba tener que darme un beso porque soy chico, pero después tuvimos la mejor onda”, explica. Luego se preparan y salen vestidos de etiqueta. Minutos antes de pisar el escenario se agrupan con Mariano Demaría, director de la banda, y comienzan el ritual tantas veces repetido en el Gran Rex. A puro grito, se sacan presión y así salen a cantar.
UN RECITAL DIFERENTE. El desafío hoy está en el público. Los fanáticos de Britney guardan cierta bronca contra Lali Espósito, debido a un malentendido. Ellos creen que Lali odia a su ídola, a pesar de que la morocha se cansó de explicar por Twitter que no es cierto. Sin embargo, los cinco no dudan y salen a la cancha, conscientes de que un primer abucheo no tardaría en caer. No obstante el clima, la energía comienza a cambiar en el tercer tema. Los que insultaban con las manos lo siguen haciendo, pero ahora bailan con el ritmo que plantean los Teens. En la tribuna se mueven Flavia Palmiero, Clemente Cancela y su novia, Anita Pauls. El recital dura 40 minutos exactos. Aquel público difícil termina por aplaudirlos, con Nico ahora en cueros y el resto bañado en transpiración.
En el camarín, los chicos se abrazan, aplauden y se felicitan, emocionados. “Nunca sentí al grupo tan unido”, dice Lali. Al pasar, Gastón agrega: “Estuvimos pendientes de todo. Lejos, fue el público que más nos escuchó”. Con la adrenalina todavía presente, se encierran en una habitación. A los cinco minutos salen revitalizados. Lo que se dijeron adentro es privado. “Estos desafíos mantienen viva a la banda”, dice Peter para resumir lo que sienten todos. La noche terminará con Britney Spears a todo trapo y los Teen Angels felices como pocas veces.
Revista Gente.
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