martes, 6 de septiembre de 2011

Nazareno Antón, un comediante en frasco chico

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Admirador de Francella y con un pasado en ciclos juveniles, a los 12 tiene un simpático papel en “Cuando me sonreís”.

Dicen que Nazareno Antón es muy gracioso. Sin embargo, al principio de la entrevista parece serio. Con 12 años, es la primera vez que tiene que contestar preguntas sobre su vida, y por eso confiesa que está un poco nervioso. Más tarde, con el correr de la charla, se soltará y, ya canchero, terminará admitiendo que es bromista por naturaleza.

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Integrante del elenco de Cuando me sonreís (a las 22, por Telefe), “Nano” es simpático y conversador, y de la misma manera es durante las grabaciones de la tira, especialmente cuando está con Lali Espósito y Benjamín Rojas, con los que tiene más confianza. Aunque opina que sus compañeros “son todos muy buena onda”, todavía le da un poco de vergüenza hacer bromas con otros actores, como con Facundo Arana. “Es un genio, me llevo bastante bien. Al principio no teníamos escenas juntos, pero cuando nos toca nos reímos mucho”, dice sobre el protagonista.

La familia de Nazareno tiene mucho que ver en su carrera. Con un papá que se dedicaba al teatro, aunque ahora es abogado, hizo talleres en Tigre, donde vive, y donde protagonizó obras como Aladino . Pero fue por su hermana, Guadalupe, que hacía de Anita en Chiquititas , por quien empezó a hacerse conocido en televisión.

Un día fue a una grabación de Chiquititas y “me vio Cris (Morena) y me dijo si podía hacer un cásting. Fui y pasé a la segunda etapa, y después me eligieron a mí y a dos chicos más para Casi ángeles ”, cuenta. Antes de eso, solamente había hecho un bolo para Alma pirata . Después llegó Consentidos , donde interpretaba al líder del bando de los chicos “buenos”.

A pesar de su experiencia, siente que esta vez las cosas son diferentes. Acostumbrado a elencos infantiles y juveniles, ve como un desafío su participación en Cuando me sonreís . “Ahora me lo tengo que tomar más en serio, porque mis compañeros son todos grandes”, piensa, aunque la palabra “profesional” le causa rechazo: “No sé, soy chiquito todavía. Si no fuera por diversión, no me gustaría”.

Su papá es uno de sus consejeros. Lo acompaña a las grabaciones y siempre le sugiere detalles que pueden quedar bien para las escenas. Los compañeros de elenco también le enseñan los secretos del oficio. “Tenemos un coach que nos hace hacer cosas que quedan muy buenas en la tele”, cuenta.

Admirador de Guillermo Francella, sueña con ser un gran comediante, y sus bromas van por ese camino. Cuenta que durante las grabaciones hace voces, gestos, todo tipo de caras extrañas para hacer reír a sus compañeros: “Me encanta improvisar”, dice.

Y en el colegio es igual, aunque asegura que no le gusta meterse en problemas. “Si uno se queda callado podés meter un C uac y que todos se rían y la maestra te mire mal”, dice divertido, y explica: “Me gusta que se rían todos. No me gusta mucho cómo me mira la maestra, pero está buenísimo”.

Nazareno se promociona a sí mismo en la escuela y sus compañeros lo apoyan. “En el colegio les encanta el programa. Yo les digo a mis amigos que lo vean porque estoy yo”, dice contento, y cuenta que las maestras solamente le dicen que lo vieron y que estuvo bien.

Otros actores que le gustan mucho son Nicolás Vázquez y Nicolás Cabré, también dedicados más que nada a la comedia. Sin embargo, preocupadísimo por su aspecto personal y su look, con un jopo rebelde que a veces se baja y hay que peinarlo, también le gustaría ser un galán, aunque reconoce que las chicas le traerían un problema. Dice que ya lo reconocen en la calle, que lo saludan y le piden autógrafos. “Las chicas bien..., pero siempre hay que tener una sola”, dice y agrega: “Es medio molesto que te pidan una foto y venga tu novia”, completa. Es que Nazareno tenía una novia muy celosa y él mismo cortó la relación. “Me saco una foto, no quiero quedar mal porque pasa la bola de que soy mala onda. Es mejor quedar bien que quedar mal”, cuenta, aunque confiesa que no le gusta nada que se le armen líos por eso.

A pesar de ser desfachatado para hablar y hacer chistes, es serio y previsor. Toma su profesión como “un hobbie” y opina que “está bueno hacerlo, pero primero está el colegio”.

Además, quiere seguir actuando, pero también quiere estudiar otra cosa “por las dudas”. Consciente de la inestabilidad de la profesión, se pregunta: “Si no me llaman por tres años, ¿qué hago?”. Entonces cuenta que quizás estudiaría Abogacía, como su papá, o que no estaría mal tener un grupo de alumnos de matemática, como su mamá, que es profesora. “Por las dudas quiero tener algo ahí”, aclara.

Amante de los deportes, Nazareno tiene una vida muy ocupada. Va a la escuela a la mañana y de lunes a viernes graba a la tarde. Estudia la letra en el camino y la repasa antes de grabar. El fin de semana le queda tiempo para el fútbol. A veces juega dos partidos por día, uno para el colegio y otro con su grupo de amigos. También le gusta el rugby, pero es una de las cosas que no pudo seguir haciendo por las grabaciones. “El deporte me fascina, es muy divertido”, dice, “pero actuar está bastante mejor”.

A pesar de eso, “Nano” no se queja. Piensa que es poco lo que pierde por hacer lo que le gusta: “Son cosas pequeñas, como perderme un cumpleaños de un amigo, o un partido de fútbol. Pero lo puedo hacer el sábado. Se puede hacer todo”.


El personaje: Nazareno interpreta a Juampi Murfi en “Cuando me sonreís” (Telefe). “Lo que más me gusta es que es medio travieso y que es chiquito, pero muy inteligente. Todos piensan que no sabe nada, pero sabe mucho más de lo que se imaginan”, cuenta.

Fuente: Clarín

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