Entrevista. Chen Min. Hace cuatro años que vive en la Argentina, y sólo unos meses que es actriz, en la tira “Supertorpe”.
Sigue...
Chen aprendió a manejarse con independencia desde muy chica, cuando comenzó a recorrer el país como integrante de la selección provincial de Wushu. A los 16, ya integraba la selección nacional y era considerada una atleta de élite por su gobierno. Representando a China, ganó medallas en Asia, en Europa y en los Estados Unidos. “Mi disciplina me dio la oportunidad de conocer todo el mundo, menos Sudamérica, por eso vine a la Argentina”, cuenta Chen en un castellano perfectamente comprensible. La idea de venir a estudiar español, reconoce, era sólo la mitad de la cuestión. El otro 50 por ciento recae en Hong Wen Wu, su actual marido.
Hong nació en China y migró a la Argentina cuando era un niño. Se nacionalizó. En 1999 se conocieron en una competencia en la que ambos representaban a sus respectivas selecciones, y un año después eran novios. Cuando ella se retiró del deporte profesional, fue él quien la convenció de que la Argentina era un excelente destino. Y en febrero de 2007, Chen arribó a Ezeiza.
Lo primero que se propuso, al establecerse, fue empaparse de argentinidad. Mientras estudiaba español en la Universidad de El Salvador, hizo un curso sobre la cultura del tango, otro sobre leyendas y mitos locales. “Para mí, conocer la cultura, incorporar la sociedad, fue una base importante. Vivo acá hace más de cuatro años, y ya me siento argentina”, admite. En febrero de 2008, el matrimonio fundó la escuela Club Argentino de Wushu. “Siempre intentamos que nuestros alumnos disfruten las clases mientras aprenden -se enorgullece-. No es sólo una disciplina, sino también nuestra cultura”.
Sin saberlo, la escuela luego se convertiría en la puerta por la que Chen entró a la televisión. “Yo participé de Supertorpe por mis alumnas, que trabajaban en Disney y yo no sabía –cuenta-. Un día llegué a una clase y me dijeron que tenía que ir a un casting, que había un papel para mí. Yo no sabía ni qué era papel en ese momento”.
Chen ya había tenido un acercamiento a las pantallas: fue coreógrafa de artes marciales en la película La maldición de la flor dorada , de Zhang Yi Mou, y había grabado unos micros sobre Wushu para el canal Utilísima. Pero nunca se le había ocurrido ser actriz. “Hay demasiado arte marcial en mi carrera, pero actuación, cero”, se sincera y lanza una carcajada.
“Yo estoy muy agradecida de poder utilizar todo lo que aprendí durante mi vida en un proyecto tan importante de la televisión argentina. Y también, por suerte, que a los nenes les guste”. Chen reconoce que al principio se sentía un poco perdida frente a las cámaras, pero poco a poco fue tomando confianza. “Me gustaría seguir con esta carrera totalmente nueva para mí, seguir aprendiendo. Además, me encantan los programas para chicos que son sanos”.
Follow @CA_Spaiin
No hay comentarios:
Publicar un comentario