lunes, 2 de mayo de 2011

Jimena Barón: "Siento que ahora todo llegó"

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Desde los diez años de edad, la actriz Jimena Barón nos deleita en la pantalla. Hoy pasa por su mejor momento: deslumbra en Los Únicos, cantó en vivo con Carlos Baute y hasta se anima a bailar por un sueño…

Acá me siento como en mi casa”, comienza diciendo
Jimena Barón mientras se toma un café cortado en un alto de la grabación de Los Únicos, la ficción del momento en la televisión argentina. “Acá” es el estudio de filmación de Pol-ka, la productora de Adrián Suar de donde surgieron algunos de los programas más exitosos de la última década.
Catorce años pasaron desde que el propio Suar la entrevistó una mañana lluviosa y al instante decidió darle el papel de la hija de Mercedes Morán en Gasoleros, la serie costumbrista que marcó un antes y un después en la forma de contar historias en la televisión local. Desde entonces, Jimena no paró de trabajar: año tras año, formó parte de los elencos de El sodero de mi vida, Son amores, Los Roldán, Sos mi vida, Por amor a vos y Casi Ángeles.
Con casi una vida entera en la pantalla chica, se podría pensar que aquello de la fama y de la popularidad ya no tiene secretos para esta actriz porteña de 23 años. Sin embargo, en 2011, más que nunca en su carrera, Jimena estará en boca de todos. Al actual éxito en Los Únicos le sumó una arrolladora actuación a dúo con el venezolano Carlos Baute –cantaron el hit “Colgando en tus manos”– ante un teatro colmado. Su voz y su presencia en el escenario sorprendieron al público y también a más de un productor artístico, al punto tal que Jimena ya compone canciones con vistas a su álbum debut. Como si esto fuera poco, reconoce que tiene grandes posibilidades de ser de la partida en la nueva temporada de Bailando por un sueño.

Lee a continuación la entrevista...

–¿Te recuperaste ya del shock de haber cantado en vivo con Carlos Baute?
–La verdad es que fue una semana de locura. Lo de Carlos estuvo buenísimo; para mí fue como un regalo increíble. También me abrió un montón de puertas y me llegaron ofertas en lo que se refiere al canto. La verdad es que hace muchos años que canto, pero era algo que lo tenía guardado, esperando el momento. No me gusta eso de la gente que canta porque es famosa y nada más.
–¿Cómo nació la idea del dúo?
–Adrián Suar me había escuchado cantar hace unos años, antes de Casi Ángeles, y para Los Únicos me dijo que quería que este año finalmente mi personaje cantara en la tira. Al tiempo llegaron los productores de Carlos Baute a proponerme si me animaba a cantar con él en uno de los capítulos. ¡Y dije que sí, obvio! No ensayamos nada y cantamos. Él se re copó, empezó a hablar de cómo cantaba y ahí mismo me invitó a cantar a dúo en el teatro.
–¡Qué debut! ¿Tuviste algo de miedo escénico?
–Lo viví re tranquila. Tuve un día en el que vi en el noticiero toda la movida que se armó porque iba a cantar con Carlos y me agarró un dolor de panza y unos nervios que no te cuento. Pero tampoco hay que llegar al punto de no disfrutarlo. Y así fue: el día del show estaba como si nada. Fue irreal lo tranquila que estaba y lo disfruté muchísimo.
–Trabajás desde los 10 años sin parar. ¿Qué recuerdos tenés de esa infancia?
–Empecé en la película El faro. Recuerdo que me acompañó mi mamá. Fue como un proceso de adaptación, como cuando empezás el jardín de infantes. Después me acuerdo de mi primer día en Pol-ka, de la entrevista con Adrián (Suar). Recuerdo que llovía, y dicen que eso trae buena suerte. Después arranqué con Gasoleros, que fue un exitazo, y desde aquella época fue como que me adoptaron. Por eso, siento que Pol-ka es mi casa. Eran muchísimas horas de grabación y estaba más tiempo acá que con mi familia. Jugaba en los pasillos, dibujaba, cantaba… Pasaron muchos años y la gente sigue siendo la misma: las maquilladoras, los técnicos, la gente del bar, todos. Y los elencos de la tira se transformaron en mis amigos, en mi familia. Son muchas horas las que estamos acá y de verdad hay una convivencia.
–¿Cómo combinaste tanto trabajo y tanta exposición con tu vida personal?
Mirá, yo soy fan de mi trabajo. Me apasiona realmente lo que hago. La tele es algo que consume mucho tiempo, pero igual me encanta hacer tiras. Y si bien tengo ganas de volver a hacer cine y teatro, la verdad es que la tele no me cansa nada. Lo valoro mucho: tengo mucha suerte de haber tenido trabajo siempre. Pero lo vivo con mucha tranquilidad; no dejo de verlo como un trabajo igual a cualquier otro. Es importante desarrollar también otras cosas: yo canto, cocino muchísimo, me encanta pintar, sacar fotos, muchas cosas.
–¿En algún momento tuviste ganas de parar y probar otras experiencias por fuera de la actuación?
–¡Sí! A los 18 me fui por un año a vivir a Nueva Zelanda, a probar otra experiencia, a estar en la misma que los chicos de mi edad. Tuve que agarrar el diario y buscar trabajo de lo que fuera: fui cajera de supermercado, fui mesera, hacía los cuartos de un hotel… La idea era probarme a mí misma, probar qué pasaba si desaparecía de la tele por un año, saber qué iba a pasar cuando volviera… ¿Iba a poder trabajar en lo que me gustaba? Fue el año en que terminamos Los Roldán y yo ya tenía propuestas para el año siguiente. Pero mi planteo era que si había trabajado tantos años, me llamarían cuando volviera...
–Trabajaste en los programas más populares, como Gasoleros o Casi Ángeles. ¿Se aprende a manejar la fama?
–La verdad es que no entiendo el tema de la fama. Pasaba mucho en Casi Ángeles con la cuestión de los clubs de fans. Para tener fans primero tenés que ser ídola, y yo no me siento ídola de nadie realmente. Me sorprende un poco eso: que me griten, que me idolatren. Por otro lado, lo mío siempre fue muy gradual. Al principio, me sentía medio incómoda con el tema de las notas, pero fui aprendiendo que hay que hacerlo y además siento que hoy tengo más cosas para contar. Este año va a ser bravo en cuanto a popularidad. Y me estoy preparando para eso. No me da miedo dejar de tener los pies sobre la tierra, porque conozco el ambiente.
–Dejame felicitarte por tu look…
–Bueno, muchas gracias. Fue algo que busqué. Me maté entrenando y lo generé yo. Fue muy progresivo. De alguna forma, me manejo así siempre: apunto a un lugar a donde quiero llegar y hasta que no se materializa no me para nadie. Yo tenía en mente un poco todo lo que me está pasando; desde el tema del baile hasta lo del canto… Sabía que todo eso estaba ahí. Era un deseo y estoy feliz por ir alcanzándolo. Tengo 23 años y sería un error desesperarse por que las cosas no llegan. Hay momentos mejores y otros peores, pero también hay que pasarlos porque, si no, sería irreal. Siento que ahora llegó todo.
–Tu año ya arrancó bien arriba… ¿Se viene algo más fuerte aún?
Ay, sí, pero todavía no puedo contarlo… porque estoy por cerrarlo.

–¿Te vamos a ver bailando quizás?
(Sonríe).
Es hora de retomar las grabaciones.
Jimena se despide para volver al estudio de filmación. Se va caminando por los pasillos de lo que ya es su casa, disfrutando de su mejor momento.

Fuente: Revista Nueva

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